El Cabernet Sauvignon es una variedad con un origen fascinante y algo misterioso. Durante mucho tiempo, se creyó que su nombre derivaba de vides salvajes cultivadas en Francia, pero recientes estudios de ADN revelaron que esta variedad es un cruce natural entre Cabernet Franc y Sauvignon Blanc, ocurrido en el siglo XVII en la región de Burdeos, Francia. Este descubrimiento, realizado por investigadores de la Universidad de California, Davis, desveló que el Cabernet Sauvignon tiene una historia relativamente corta en comparación con otras variedades clásicas, siendo una cepa vigorosa y adaptable que ha conquistado los viñedos de todo el mundo.
Características Ampelográficas
Las hojas del Cabernet Sauvignon son de tamaño mediano con lóbulos definidos y dientes cortos y anchos. Sus racimos son medianos y compactos, con bayas pequeñas y uniformes de color azul-negruzco, con una piel gruesa y una pulpa dura que contribuye a su sabor herbáceo y su estructura tánica.
Características Enológicas y Vitícolas
El Cabernet Sauvignon es conocido por su vigor natural y su capacidad de adaptación a diversos climas y suelos, aunque prefiere terrenos de grava y requiere calor en su fase final de maduración. Sus vinos, aunque no tan intensos en color como el Malbec, tienen una estructura tánica sólida que los hace aptos para el envejecimiento. La fermentación de esta variedad suele alcanzar temperaturas de hasta 30°C, y las maceraciones largas son recomendables para extraer todo su potencial tánico y fenólico.
Crianza
El Cabernet Sauvignon tiene una afinidad natural con el roble, especialmente el francés. La crianza en barricas suaviza los taninos y aporta complejidad aromática, resultando en vinos con notas de vainilla, tabaco y especias.
Regiones de Cultivo en el Mundo
Esta variedad se cultiva extensamente en todos los rincones del planeta, destacándose los blends de Burdeos, Francia, donde alcanza hasta el 85% de la composición de algunos de los vinos más prestigiosos como Château Margaux y Château Lafite Rothschild. En Italia, los "Super Toscanos" como Sassicaia y Ornellaia han ganado fama mundial. En España, aunque menos común, se produce en Penedés y Rioja. En Estados Unidos, especialmente en California, es la variedad más plantada, y en Chile representa un tercio de todos los viñedos, destacándose en Colchagua y Maipo. Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda también producen excelentes ejemplares.
Zonas de Cultivo en Argentina
En Argentina, el Cabernet Sauvignon se cultiva en todas las provincias vitivinícolas, adaptándose desde la Patagonia hasta los Valles Calchaquíes. Mendoza lidera con el 74,47% de la superficie plantada, seguida por San Juan. La variedad se adapta bien a los diversos terroirs argentinos, produciendo vinos de excelente calidad.
Estadísticas
El Cabernet Sauvignon ocupa la tercera posición entre las variedades tintas más plantadas en Argentina, con 15,355 hectáreas en 2016, lo que representa aproximadamente el 7% de la superficie vitivinícola del país.
Características Sensoriales
Visualmente, el Cabernet Sauvignon tiene una intensidad colorante media, con tonos rojos rubí, cereza o granate. En nariz, es complejo, desta
cando notas a pimiento, aceitunas negras, tabaco, humo, eucalipto y frutos negros. En boca, presenta una entrada dulce, una acidez balanceada y una estructura robusta, con taninos potentes que se suavizan con el tiempo, ofreciendo un cuerpo grueso y contundente, perfecto para aquellos que disfrutan de vinos con carácter.
El Cabernet Sauvignon es, sin duda, una de las variedades más icónicas y apreciadas en el mundo del vino. Su capacidad de adaptarse a diversos terroirs y su afinidad con el roble lo convierten en una elección preferida tanto por viticultores como por enófilos en todo el mundo. Cada botella de Cabernet Sauvignon es una invitación a explorar la riqueza y la diversidad de los vinos tintos más prestigiosos del planeta.
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